martes, 25 de mayo de 2010

Lunes 25 de Enero - Choshuenco

Comenzábamos el retorno. La ruta de vuelta era la misma hasta Panguipulli. Como ya vimos todo lo que brindaba ese trayecto, con la suma que eran 120 km ahora en pendiente y por ruta… decidimos llegar hasta ahí en micro. Fuimos a la terminal, sale un colectivo cada 20 minutos, son tipo de línea, pero por unos pesos más logramos que nos lleven las bicis. Fue una buena idea ya que todo ese tiempo y energía la reservamos para disfrutar de lugares con muchos más atractivos, el tiempo no alcanza para ver todo. Nuestra travesía tenia fecha de vencimiento. Con los pasajes de vuelta para ese fin de semana desde Junín de los Andes.
Llegamos al medio día y tomamos el camino hacia Choshuenco, es un camino que está en construcción, el paisaje soñado, otra ves la topografía nos indica que estamos en zona de montaña, lomas y bajadas… Llegamos a un punto donde empleados de vialidad no nos permitían seguir, la construcción del camino estaba en un momento que usaban explosivos, totalmente prohibido el paso. Hicimos un largo descanso a orillas del lago Panguipulli. Lo que vino muy bien para meternos en el lago, y disfrutar de un lugar paradisiaco.
Ya avanzada la tarde nos habilitaron para seguir, habían tirado piedra con unas maquinas enormes, aun rodaban algunos cascotes de la montaña. Nos debíamos apurar porque en cualquier momento seguían con los trabajos. Creo que fuimos un poco lerdos… yo no terminaba de pasar que comenzaba otra vez el movimiento de las maquinas, ya comenzaban a tirar piedras nuevamente, se dieron cuenta inmediatamente así que me salve de quedar sepultada por una roca jaja!
Casi con la oscuridad llegamos a Choshuenco, un pueblito chico, con sus casas de madera. Fuimos al camping donde pasaríamos la noche, un lugar con mucha arboleda pero los servicios dejaban mucho que desear, las duchas no tenían agua caliente; pero nuestro RRPP, Goyo, nos consiguió unas buenas duchas en una casa de familia por poco dinero.
Lastima la hora, ya era tarde y al otro día teníamos que salir temprano, sabía de un viejo barco de vapor encallado a orillas del lago, estaba obsesionada con sacarle unas fotos… no me iba a quedar con las ganas, le dije a Ricardo si me acompañaba hasta el lugar cuando termináramos de cenar. Se nos hizo tarde, ya eran las 12, teníamos que caminar como 5 km, no hay luminarias a orillas del lago donde está el barco así que era adivinar su ubicación, la luna ayudo un poco a ver la silueta a lo lejos. A pesar del cansancio, valió la pena, El vapor Enco fue construido en 1907 en los astilleros de la ciudad de Bremen, en Alemania, y luego prestó servicios durante la Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1917. Durante muchos años fue el medio de transporte de pasajeros más importante del sector, cuando aún no se construía el camino que va desde Panguipulli hacia Neltume.
Este vapor tenía capacidad para 250 personas, dividido en primera, segunda y tercera clase.
Con el paso de los años, el Enco fue dejando de surcar las aguas del lago Panguipulli, ya que no era rentable, hasta dejar de funcionar para siempre en 1986, año en que realizó su último recorrido.

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