















Antes de llegar al pueblo, está el Salto del Huilo Huilo, un lugar muy visitado por turistas, una cascada con un estruendo increíble. Es imperdible hacer todo el sendero y disfrutar las distintas vistas de la cascada.
Paramos en un camping familiar con una atención excelente, armamos las carpas cerca del río. Era el lugar apropiado para pescar. Teníamos el tiempo suficiente, yo tenía la ilusión que esa noche cenaríamos trucha… pero a pesar que nos dedicamos arduamente, no tuvimos suerte. Goyo se dedico a hacer la plancha en el río y a lavar sus medias…
Hablamos con la gente del lugar, nos contaban que en algún momento durante el año, el río se seca, mas llegando a otoño e invierno, parece increíble que tanto torrente de agua en algún momento se termine.
Lo que me llamó mucho la atención fue el color del río, un turquesa intenso que atrapaba a la vista. Pronto se sumaron otros acampantes, es en lugar bueno para turistas. La dueña del camping nos preparó una cena a pedido, la que nos sirvió en su propia casa, era gracioso estar comiendo en su mesa y la familia con su rutina.
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